Kaneda escribió:Reagrupar o segregar las actuales autonomías no iba a generar ningún consenso. Además, ¿para qué? Es decir, ¿qué ventaja tiene que Zamora esté en "León", en "Asturias", en "Sector Beta" o en "Castilla"?: ninguna, es absolutamente arbitrario asignar esa región a un lugar u otro (las propias provincias realmente existentes son en esencia las que hizo Javier de Burgos en 1833 más o menos como le salió del pepino), y ya que hay que hacer una asignación arbitraria es mejor no tocar la asignación arbitraria realmente existente.
Hablemos de competencias, de organización política...¿pero qué ventaja tiene levantar un polvorín para llegar al mismo punto actual pero con un mapa ligeramente más romántico?
Muy de acuerdo con lo que dices.
Yo creo que hacer reasignaciones de la ordenación territorial en función de demarcaciones medievales, tiene tanto sentido a estas alturas como si volviéramos a la división provincial de la Hispania romana, o acogernos a la división en diócesis y provincias eclesiásticas de la Iglesia Católica.
La división provincial de Javier de Burgos está mas o menos aceptada. Hay algun que otro conflicto de lindes, pero el modelo básico funciona.
Recentralizar el Estado, como propone VOX, es imposible. Porque los españoles le hemos cogido gusto a eso de tener autonomías. Y además porque es mas eficiente el modelo actual. Nunca se han reducido las diferencias de nivel de vida entre territorios tanto como en el actual estado de las autonomías. Me parece irónico que quienes menos afección muestran por el marco autonómico, los habitantes de la España Interior, son los que mas se han beneficiado de las autonomías. Cataluña y el País Vasco ya eran regiones "ricas" cuando el Estado era centralizado.
El problema viene de la manera en que se organizaron los repartos de competencias entre la escala Estatal y la Autonómica durante la Transición. O, mas bien, en cómo no se organizaron. La mayoría de competencias se dejaron como concurrentes, es decir que pueden ser ejercidas a la vez por el ámbito regional y el estatal. Y eso es un sindiós. Algunas se fijaron de manera exclusiva para uno u otro poder, pero incluso ahí las cosas se han dejado en la vaguedad, porque por ejemplo no se que pinta la Generalitat de Catalunya abriendo embajadas cuando la competencia de representación internacional se supone que es exclusiva del Estado. Prácticamente se dejó abierta la idea de que lo legítimo era que las autonomías eventualmente acabaran asumiendo todas las competencias, dejando el poder central vacío. Y de esos polvos estos lodos.
Así que, yo creo que es hora de dejar cerrado el marco de competencias, retirando u otrogando las que hagan falta y echando el candado. En el reparto en concreto, pues no lo se. Por ejemplo, como habitante de Madrid estoy completamente a favor de extender el modelo del Cupo Vasco a todas las autonomías. Incluyendo la Madrileña. No voy a ser yo quien niegue el derecho de cada territorio a controlar su fiscalidad y lo que decidan o no aportar a la solidaridad interterritorial. Especialmente cuando vivo en el territorio que más se beneficiaría de ello.
En fin, ya para concluir y puestos a soltar ideas de bombero torero, yo aporto la idea de multiplicar las autonomías y en vez de 17, pasar a 50 autonomías uniprovinciales. A ver si van a ser mas los navarros, murcianos, asturianos, cántabros, riojanos y baleares que los burgaleses, almerienses, cordobeses, leoneses, albaceteños o alicantinos. No se en los demás territorios, pero en la Comunidad Valenciana los alicantinos y los castellonenses firman fijo lo de convertirse en autonomía uniprovincial y olvidarse de Valencia.
Roma no paga a traidores. El PSOE si.