Mensajepor Ivan el Rojo » 31 Ago 2018, 21:48
El tema del "Sindicato" lo veo mas en la linea de visibilizar y dignificar a las "trabajadoras del sexo". En ese sentido lo veo positivo, todo lo que sea reforzar la posición de un colectivo de mujeres que está en la marginalidad, se debe entender como positivo. Por mas que le chirrie a las abolicionistas, que son actualmente las que "controlan" el discurso feminista dominante.
Colectivos como Hetaira tienen estudios muy interesantes desmontando el "mito" de que la realidad dominante en la prostitución sea la de mujeres obligadas por mafias que las tienen sometidas y explotadas.
Pero con independencia de que realidad sea la "dominante", lo cierto es que en el mundo de la prostitución de dan dos realidades. Una situación (la de las mafias y la trata de blancas) que es delictiva y hay que erradicar, y otra situación (la de "trabajadoras del sexo autónomas") que hay que dignificar. El discurso abolicionista se equivoca al no asumir la existencia de la segunda realidad y pasar por encima de ella, y el regulacionista cae en el peligro de abrir ventanas por las que legalizar y "dignificar" la primera.
En la primera situación, hablamos de mujeres que han perdido el control sobre sus vidas y sobre su cuerpo, y eso evidentemente no hay por donde defenderlo. En la segunda situación, cuando escuchas lo que dicen las "trabajadoras del sexo", dicen que ellas prefieren dedicarse a eso que a servir mesas o limpiar váteres (vamos, que no lo hacen porque necesiten comer, si no para tener un mayor nivel de vida), y que aunque ofrezcan servicios sexuales por dinero, ellas están al control de la situación, marcan los límites, y no dejan que suceda nada que no quieran. Tienen la libertad de cerrar el chiringuito si tienen la regla o están enfermas. Tienen la libertad de elegir que clientes aceptan y cuantos aceptan al día y no "quemarse". Tienen la libertad de no aceptar borrachos a altas horas de la madrugada. Tienen la libertad de rechazar a clientes violentos. Tienen la libertad de fijar el precio que cobran. Tienen la libertad de elegir que "servicios" hacen y cuales no. Las mujeres que se encuentran sometidas a mafias no tienen ninguna de esas libertades, ni siquiera la de preservar su propia salud obligando siempre al uso de preservativo.
Son dos realidades totalmente diferentes, una asumible y la otra no. Y cualquier solución al tema de la prostitución debe, en mi opinión, empezar por reconocer y diferenciar ambas realidades y obrar en consecuencia.
También la mentalidad del "putero" es muy diversa. Desde el tipo que paga por violar, al que busca "sexo consensuado con incentivos económicos". Hace tiempo que vengo pensando que campañas para "educar" a los puteros en el segundo tipo de mentalidad serían mas eficientes que las campañas de demonización del putero como violador. Pero este sería otro debate.
La violencia no es la respuesta; es la pregunta. La respuesta es SI.
Siempre, detrás de un extremista, se esconde un oportunista. (V.I. Lenin)
¡Cuantos errores cometió la URSS, pero cuanto la echo de menos! (Eric Hobsbawm)